El fumar tabaco para mi no es un vicio, es una manera de introspección que solo la comprende quien entiende la mística del buen humo. Fumar es un ritual, pocos fumadores realmente se dan a la tarea de perfeccionar este ritual que implica paciencia y tiempo para disfrutarlo, el simple hecho de saber encender un tabaco ya lleva consigo una practica y entendimiento del tema, ni hablar de fumarlo y degustarlo.
No es fácil resistir la tentación de acompañar el tabaco con un café, un buen licor (ron o whisky los más elegidos), con un buen coctel (un old fashioned mi preferido), incluso con una buena cerveza. Esta mezcla hace mas disfrutable el momento y la atmósfera, pero nada para mi es tan delicioso como estar bien acompañado con alguien que de igual manera disfrute el momento. El humo une a las personas, es una manera de unir pensamientos, historias y anécdotas que quedan impregnadas en nuestra memoria así como el aroma queda impregnado en el ambiente.
“Diciendo está el cigarro
lo que es la vida;
fuego de unos instantes,
humo y ceniza.”
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