Tenemos que comenzar por la parte principal de esta parrilla, su mise en place, este comienza en las fincas donde tienen sus animales de la raza Aberdeen Angus / Hereford de unos 450 a 480 kilos aproximadamente, unos 2.5 a 3 años de edad, alimentados con pasturas de las pampas y luego de eso ya en el restaurante se maduran. Usan productos de temporada y la cava de vinos es muy buena.
Desde la llegada la atención fue genial, creo que es la mejor atención que recibimos en Buenos Aires, todos fueron bastante atentos y están muy bien preparados para recibir al turista; el mesonero nos dio algunas recomendaciones pero de igual manera nos llevó a la parrilla donde nos mostró los cortes que tenían para ofrecer, Pepe, el parrillero nos ayudó a escoger, finalmente nos decidimos por un lomo y un tomahawk, de entrada una morcilla y unas mollejas, acompañamos con unos espárragos y por supuesto la bebida tenia que ser un Malbec argentino.
Todo estaba bastante bueno, tal vez el tomahawk fue lo que menos me gustó sin embargo quiero detenerme aquí porque era un corte del cual esperaba mucho, les digo la cocción perfecta, la textura muy buena pero el sabor no me sorprendió, el lomo estaba increíble y tal vez esa comparación en el momento es lo que me hace escribir esta opinión. Todo lo demás estuvo muy rico, la mollejas increíbles, creo que nadie hace las mollejas como los argentinos, créanme he intentado hacerlas tomando en cuenta muchas variables y de verdad no me salen como a ellos.
Salimos extasiados y bastante contentos de nuestro almuerzo, la comida es muy buena, la atención mejor, el sito es bastante acogedor y muy europeo, Pepe el parrillero una persona muy humilde y atenta, todos están muy entrenados con el menú y se ve que disfrutan su trabajo. Una parada obligada? Definitivamente! No es económico pero vale cada peso que paguen.
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